Breve Historia
En la meseta que domina el Puerto de la Orotava por el naciente, existía ya desde finales del siglo XVI una ermita a Nuestra Señora de La Paz (en terrenos de una data del conquistador Sancho Caballero), que daría nombre al lugar, Los llanos de la paz. Había sido levantada por los vecinos del Puerto, ante la lejanía de la parroquia de la Orotava. Esta era asistida por los frailes dominicos de la Villa.
En el año 1703, Bernardo Valois había comprado una casa y unos terrenos en aquel paraje, con viñedos, morales y tierra calma, emplazada en el borde del acantilado de Martiánez, desde donde se domina el Puerto de la Cruz y una gran extensión de océano. En donde poco después erigiría una hermosa casa de campo con unos espléndidos jardines.
En 1713 La ermita amenazaba ruina y sus mayordomos acuerdan cedérsela a Valois, dándole a tributo perpetuo las tierras pertenecientes a la misma, con la condición de que la restaurase. De esta manera, conseguiría adscribir la ermita a su hacienda.
En 1715 D. Bernardo Walsh ó Valois mejoró la fábrica de la casa, dotándola de dos plantas, balaustradas y balcones...y reforma la ermita. En 1840 D. Tomás F. Cólogan, marqués de la Candia, la amplía y en 1970 Doña Cristina de Ponte Vda. de Cólogan la vuelve a reformar y mejorar.
El escudo corresponde a Cólogan - Walsh
Armas: En campo de azur (azul), un león rampante de oro, acompañado de tres puntas de flecha de plata, dos en jefe y una en punta. Cimera: Un brazo armado empuñando una lanza que atraviesa una cabeza arrancada de ciervo. lema "Virtus probata florescit".
Esta pequeña ermita que tiene en su haber el ser la edificación religiosa más antigua de Puerto de la Cruz data de 1591, construyéndose en los que eran terrenos comunales del Cabildo de Tenerife. Llama la atención que pese a lo sencillo de su edificación se convirtió en un importante centro de peregrinación en el Valle de La Orotava. Desde otros pueblos de la isla acudían romeros para celebrar sus fiestas, siendo la principal la de San Amaro que se conmemoraba el 15 de enero de cada año.
De su patrimonio debemos destacar la propia imagen de San Amaro (abogado de las enfermedades de los huesos), pequeña talla en madera revestida con el hábito de San Benito. También merece ser reseñada la talla de Nuestra Señora de la Paz, imagen muy venerada en el siglo pasado y actualmente olvidada. Por otra parte algunas pinturas mejicanas del siglo XVIII merecen especial atención entre el patrimonio artístico que albergan sus paredes. Se cuenta que la Ermita de San Amaro estuvo a punto de servir de alojo para la primitiva imagen de la Virgen de Candelaria, la cual no se trajo por la oposición de los vecinos del valle de Güímar.
San Amaro Fiesta Patronal
El 15 de enero celebra la iglesia la festividad de San Amaro, santo patrón de esta parroquia, fundada en esta zona del Valle de la Orotava a partir de la segunda mitad del siglo XVI y que perteneció durante mucho tiempo a la iglesia de la Concepción de la Orotava por que estos terrenos eran en otro tiempo propiedad de la jurisdicción de la Villa.
San Amaro nació en Roma en el año 512. Era hijo de un noble romano que deseando preservar a sus hijos de la corrupción de aquel tiempo, los encomienda a la enseñanza de San Benito. Este admitió a Amaro en su compañía y se sirvió de él para fundar el monasterio de Subiaco. Luego, Amaro fundó la primera abadía benedictina de Francia de la cual fue el el primer abad. En Francia San Amaro o San Mauro, como también se denomina, ha sido tradicionalmente patrón de caldereros y carboneros, en Bélgica se le invoca contra la ronquera y su devoción en Inglaterra queda avalada por la frecuencia conque en la isla aparece el apellido Seymour, derivada de San Amaro.
La Romería que aquí se celebra en honor a san Amaro era la más importante del Valle de la Orotava y a ella concurrian personas de muchos sitios que llegaban en las vísperas y pernoctaban en las numerosas cuevas de los alrededores. San Amaro fue para sus devotos el santo más pequeñito pero con el que se sentían mejor protegidos.
El acto religioso por excelencia en este día era la misa mayor para la cual bajaban clérigos de la Concepción en sus cabalgaduras, frailes de las ordenes agustiniana y franciscana del Realejo, así como dominicos y franciscanos del Puerto de la Cruz. Después salían en procesión el Santo y La Virgen de la Paz, acompañados de San Luis, y los romeros volvían a sus pagos de origen alegres de haber cumplido su promesa.
Hoy acuden a nuestra Parroquia muchos enfermos de artrosis y demás enfermedades de los huesos y el santo recoge los exvotos numerosos, en cera, que le depositan al lado de su imagen.
Con la fiesta de San Amaro comenzaba en esta comarca la molienda de la caña de azúcar, pues se decía que la molienda buena era la que comenzaba tras la fiesta de este Santo que conservamos aquí.
Hoy, con otra visión de las cosas, recordamos con afecto aquellos tiempos, valoramos como entonces la fe inconmensurable de San Amaro y, en su día, en el primer mes del año, le pedimos que nuestra zafra particular de azúcar sea también beneficiosa para nosotros, para nuestras familias y amigos. Es decir que san Amaro nos siga ayudando a ser mejores cristianos a lo largo de nuestro peregrinar por la vida.
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